miércoles, 26 de octubre de 2016

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   Rescatado de una estantería de mi biblioteca tomé un libro de cierto autor uruguayo poco conocido en que enumera una serie de propuestas, de ideas y de soluciones para evitar el descenso de un equipo. Son orientaciones para evitar el deceso de un club, para aligerar la mortaja para que el conjunto pueda alzar el vuelo. Hay que evitar lo inevitable cuando aún se pueda evitar.  Cabe asumir riesgos para demostrar a tus enemigos que sigues vivo...

Capítulo I. No confundir los genitales con el cerebro. Primero hay que pensar y luego actuar calculando el posible error.

Capítulo II. Marcar en fuego el ADN del equipo en la carne. El club paga, pero el sentimiento es innegociable. Saber que cuando el futbolista tiene el balón toda la hinchada le empuja, que no caminará solo ha de darte alas, encender el turbo de tu motor..

Capítulo III. Desconfiar en ti mismo te lleva a la grada. Si un jugador no se ve animicamente para defender los colores de su equipo, que se excluya y deje su sitio a otro compañero que tenga fe ciega en la victoria.

Capítulo IV.  Saberse mejor que tu rival. Hay que saltar a la cancha dejando el complejo de inferioridad en el vestuario. Tu siempre debes de ser mejor que tu contrincante por lo menos en ilusión, vergüenza y coraje.

Capítulo V. Jornada a jornada. No intentes visionar los partidos que debes de jugar a medio plazo. Tu objetivo es el próximo. Emborráchate con toda la información sobre tu contrario, memoriza sus debilidades y atácale por ahí.

Capítulo VI.  Motívate antes del partido. Apréndete y escucha los himnos de tu equipo, memoriza su letra y cántala hasta que sus estrofas penetren en tu piel hasta llegar al corazón y revolucionen tu cabeza.

Capítulo VII. Piensa en ellos.  Acuérdate que en las gradas han cientos, miles de aficionados y que para muchos el triunfo significa romper con la monotonía diaria, salvarse por un instante del duelo del paro, la enfermedad o el desaliento. Corre, lucha, pelea pensando en ellos.

Capítulo VIII. Engulle tu ego y piensa en el colectivo. El fútbol es un juego de equipo, ayuda al compañero, colabora en las jugadas, no recrimines los fallos, aplaude los errores. Atemoriza al rival.

Capítulo IX. Primero está el presente, luego el futuro. Tu momento es el equipo en el que juegas, no pienses en el mañana porque te nublará el hoy. Pasarás a la historia por lo que hagas, no por lo que no hayas hecho.

Capítulo X. No hay balón perdido. Corre hasta la extenuación, no existe pelota perdida hasta que no atraviesa la línea del rectángulo de juego. Tensa los nervios, aprieta las mandíbulas y gasta toda tu energía en  los noventa minutos. 

Salvarse de un descenso comporta aplicar los diez mandamientos del manual de salvación (sirve para todos los equipos y para cualquier futbolista)
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