sábado, 6 de agosto de 2016


   Tenía ganas de escribir este post.  Quienes me siguen saben que soy un enamorado del fútbol clásico, que la modernización que se quiere hacer de este deporte me proporciona cierta pereza. Hoy quiero reflexionar sobre el Gran Hermano (La LFP) que vigila, amenaza y sanciona. Cierto es que el fútbol de hoy proporciona unos ingresos impensables hace diez años y que alivian a las SAD de los clubes (por eso uno no acaba de entender que se hayan subido los abonos porque al final los euros no ingresados por las bajas no equilibrarán la balanza de los nuevos socios. De momento a falta de diez días para el inicio del campeonato estamos por los 3.500 socios).

   La LFP ejerce un excesivo control en los clubes en temas domésticos, la LFP pretende fiscalizar todo movimiento de cualquier club, la LFP mantiene el sometimiento de sus asociados. El Fútbol ha de ser  más espontáneo, debe de fluir con más libertad y debe de huir de los encorsetamientos. No entiendo que a partir de la próxima temporada se sancione a los clubes que lo consigan llenar un 75% las gradas que dan frente a las cámaras de TV; no entiendo que se programen partidos a la una de la tarde para favorecer el mercado asiático; no entiendo que haya que medir la humedad y calidad del césped antes de cada partido; no entiendo que deba de venir de Madrid un  director de partido para que todo esté a punto; no entiendo que se obligue a organizar una grada de animación cuando ésto ha de surgir de manera espontánea y natural. Un partido de fútbol no es una representación en el Liceu.

   Ya se que el futuro del fútbol va por estos derroteros pero o lo decía o reventaba. Ah¡ y sobre el Nàstic no se como saldrá tanto cambio pero lo que si observo es que sigue faltando un nueve de referencia que marque los goles.
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